Tu cabeza le está hablando a tu intestino. Descubre qué le dice

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Lo que piensas.

El diálogo interno que tienes.

Cómo te ves.

Cómo te hablas.

Tu carga de trabajo.

Tus preocupaciones.

El estrés.

La ansiedad.


Todo esto afecta a tu microbiota directamente, a la salud de tu sistema digestivo.

Es como una relación tóxica que se retroalimenta.


Hay muchos estudios que ya han analizado la relación estrecha entre el cerebro y el intestino, los cuales están en una continua conversación bidireccional.

Puede afectar tanto para bien como para mal.


Una de las preguntas que hago en consulta con pacientes con problemas digestivos es:

¿Estás en una etapa de estrés?

Y en múltiples casos es un rotundo SÍ.


Seguro que conoces la frase de “sentir mariposas en el estómago”, no?

Cuando estás enamorado o tienes una ilusión por una persona.


El cerebro y el intestino están en constante comunicación, en constante diálogo, y es uno de los motivos por los que sientes ese nudo en el “estómago” cuando…

… aparece esa persona que te hace feliz.

… tienes un examen importante.

… tienes tanto trabajo que no tienes ni apetito.


El estrés puede interrumpir este diálogo fluido. Cuando el estrés se cuela en la charla, la comunicación entre el cerebro e intestino se ve afectada, como si las palabras perdieran su significado.


Microbiota, los colaboradores en el diálogo Interno

En este diálogo, los verdaderos colaboradores son los microorganismos de tu intestino, la microbiota. Estos pequeños aliados no solo ayudan en la digestión, sino que también influyen en tu bienestar emocional. Cuando el estrés se interpone, su interpretación se ve afectada, impactando directamente en tu salud.


¿Cómo fomentar un diálogo saludable?


  1. Comer con Conciencia.
  2. Gestión del Estrés: Incorpora momentos de calma en tu rutina diaria. La meditación, el tiempo para relajarte y las actividades que disfrutas son como pausas enriquecedoras en esta conversación interna. En ocasiones, la ayuda de un profesional de la psicología es más que recomendable.
  3. Alimentos Amigos: Introduce alimentos ricos en nutrientes y fibras para alimentar este diálogo. Tu intestino apreciará la diversidad, y tu mente se beneficiará de los nutrientes esenciales.
  4. Movimiento Saludable: Asegúrate de mantener un equilibrio entre la actividad física y el descanso, promoviendo así una comunicación interna fluida y enriquecedora.


En resumen…

Esas interferencias en la comunicación entre cerebro-intestino van a afectar a un desequilibrio de la microbiota, lo que te va a provocar molestias en tu sistema digestivo, y al revés lo mismo, si existe una disbiosis o problemas a nivel digestivo, puede afectar directamente en tu sistema nervioso.





PD: El martes día 20 de febrero doy una masterclass de 1h sobre “Salud digestiva: La Microbiota y su Impacto” para la comunidad Healthy Movement de Ana de PhysioWods.

¿Te interesaría saber más sobre la microbiota, cómo cuidarla y cuál es su impacto en tu salud digestiva?

Si es así, escríbeme y organizo algo para ti.


PD 2:





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